3.7.09

Se acerca el 05

Cada vez se encuentran más cerca las elecciones intermedias que se sucederán este 5 de julio… Hace unos días estaba indeciso sobre qué hacer con mi voto. Así que como todo buen ‘ciudadano inconforme’ con la situación política de siempre actual, pues les comparto mis cavilaciones.

¿Votar, anular o abstenerce?

Antes de continuar, quiero dirigirme a todas aquellas personas que este 5 de julio votarán por primera vez:

Pienso que es bueno difundir a las nuevas generaciones la importancia del ‘voto pensado’. A lo que voy es que antes de dejarse ‘influenciar’ para votar por X partido, o para anular el voto o abstenerse de votar, primero debemos «educarnos»; informarnos un poco más. Que a final de cuentas un buen voto debe de ser el resultado del estudio de las propuestas y el historial de los candidatos como también del partido al que representa; es decir, una vez que escojamos algún candidato, fijarse si el tipo nos va a cumplir y si él, o su partido, no tiene fama de tranza. Por otro lado si han analizado bien las propuestas de todos los candidatos y de plano ninguno les parece, pues entonces busquen la manera de protestar su inconformidad; aquí es donde muchos se van a lo del voto nulo, u otras «estrategias» como empezar por quitar del poder a los grandes partidos que son los que, prácticamente, controlan la democracia, las cuestiones políticas, legislativas, económicas…

Algo importante es recordar que el voto es secreto. Hay personas que temen que la gente se entere de que no va a votar por el partido al que le prometió su voto. Recuerden que al momento de estar en la casilla, boleta en mano, nadie se enterará de por quién votaron. Algo que a veces intentan hacer los partidos en campaña es asustar a las personas pidiéndoles su credencial de elector y anotando sus datos; de esa forma hacen pensar al votante que ya quedó amarrado y que con sus datos sabrán si vota por ellos o no.

Escrito lo anterior, continuemos… Trataré de dividir lo siguiente en tres puntos: abstención, anulación y votación. Y empezando por la abstención, les comento que: Simplemente no sirve de nada.

Definamos la abstención, y quiero recalcarlo, como el hecho de no presentarse a casilla a ejercer el voto. Así que más que una forma de protesta es nada más falta de interés o incluso de haberse dado por vencido ante tanta porquería política. Seamos sinceros, el porcentaje de votantes en la mayoría de las elecciones está al rededor del 70% de la población con derecho a votar, hablando de elecciones presidenciales. En elecciones intermedias por lo regular el índice de abstención asciende al 50 o hasta al 60% y en este 5 de julio se pronostica hasta un 70% de abstención. Entonces, ¿piensas dejar que ese 50 o hasta 30% que va a votar decida por ti? O en su caso, para los podrían considerar el voto nulo, ¿piensas quedarte de brazos cruzados ante la situación partidista actual sin tratar de protestar siquiera? Arnold Toynbee dijo: "El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan."

Por otro lado tenemos la anulación del voto, es decir, presentarse a la casilla y anular la boleta con una gran X, o como más les guste. Lo que mucha gente ve en esta opción es la ‘oportunidad’ de quejarse o declarar su disgusto acerca de los candidatos, pues ninguno es de su agrado; o poder utilizar la anulación como una protesta al corrompido sistema democrático y sobretodo político.

Aquí es donde empieza el debate entre los que votarán y los que anularán. Les recomiendo ver el siguiente video del programa de Carmen Aristegui, donde debatieron José Woldenberg y José Antonio Crespo:

Parte 1/4

Parte 2/4

Parte 3/4

Parte 4/4

A resumidas cuentas, y hablando «estrictamente» de las opiniones que da la gente que quiere cambiar las cosas, les diré que de acuerdo a lo que he ido leyendo y escuchando en estos últimos días —de los que defienden la anulación así como de los que están en contra y alientan a la votación— se puede concluir lo siguiente:

Los que anularán. Son bastantes las razones por las que se está proponiendo el voto nulo. Entre ellas se encuentra el hastío con la situación democrática y política —algunos reclaman la forma en que se dan las elecciones, por ejemplo en las de 1988 y 2006 ¿qué democracia se hizo presente? Al final, a pesar de los votos a favor de Cárdenas y de López Obrador se impuso a Salinas y a Calderón respectivamente; esto lleva a darse cuenta de lo vendido que está el IFE—­, otros anulantes reclaman los altos salarios de los diputados, su seguro de gastos médicos, las candidaturas plurinominales, los gastos que generan las campañas, y varias razones más cómo las que enumera Denise Dresser o las que defiende José Antonio Crespo.

Los que votarán.  Como se dieron cuenta en el video, Woldenberg menciona que anular el voto es dar ventaja a los partidos grandes y es dejar que los que sí votarán por algún partido sean los que terminen decidiendo. Por otro lado, hay propuestas que sugieren votar por los partidos pequeños o por aquellos que no tengan relación con los partidos sucios (léase PRI, PAN y hasta en algunas partes el PRD), para así comenzar a reducir esa red de corrupción que tienen armada. Por último en contestación a las 23 razones de Dresser, Woldenberg también enumera sus razones por las que sí votar.

En mi opinión la anulación no resolverá nada, pues terminará como una simple estadística, la cual pasará desapercibida; o en su caso, como ya es costumbre, los partidos en el poder se encargarán de desaparecerla u hacer caso omiso de ella. Claro que bien dicen que la anulación sería tan solo el primer paso en lo que sería «la ciudadanía contra los políticos», así que viéndolo de ese modo, esperemos que así sea, pues ya quiero ver cual será el siguiente paso. Si preguntan la decisión de su servidor: Yo Sí Votaré.



Creative Commons License
Quid Fit, Alter Idem? de Antike está bajo la licencia Creative Commons Atribución-No comercial-Licenciamiento Recíproco 2.5 de México.